Los mejores secretos para mantener el cerebro joven

El cerebro humano, tan importante y, asimismo, tan poco valorado, pues lo cierto, es que cuando se trata de autocuidados, los primeros lugares se los llevan el sistema cardiovascular, junto a la piel y todo aquello que tiene que ver con el peso. Mantener el cerebro joven y sano, es esencial para asegurar una expectativa de vida mayor y de más calidad.


Como un órgano complejo y líder del sistema nervioso, el cerebro asume funciones de las que no somos conscientes pero que son esenciales para nuestra condición de seres humanos, es en el dónde se elabora el pensamiento, donde se controlan las funciones vitales, el movimiento, las emociones y la conducta, así que con todo esto, ya se empieza a poder dimensionar un poco mejor, la relevancia de procurar su bienestar.

Pero entonces, ¿cómo contribuir a su cuidado? Esto es justamente lo que vamos a descubrir a través del recorrido que se estructura a continuación.

¿Qué es el cerebro?

Dejando claro que no es un músculo, el cerebro es un órgano que se ubica al interior del cráneo, siendo la zona de mayor volumen del encéfalo. Se mantiene flotando en medio de una sustancia líquida llamada líquido cefalorraquídeo y se compone de millones de neuronas que se interconectan para que se puedan ejecutar variadas funciones.

Protagonista inédito del sistema nervioso, respirar, reflexionar, amar, caminar, oler, memorizar y percibir, son tan solo algunas de las tareas que dirige.

La edad y la salud del cerebro

De acuerdo a muchas investigaciones propias de las neurociencias, el funcionamiento cerebral se modifica de manera proporcional a las variaciones asociadas a la edad, por lo tanto, las destrezas cognitivas logran especializarse con el paso del tiempo. Lo anterior, es lo que precisamente abre la puerta para empezar a hablar de salud cerebral, pues si no existe, no solo se deteriora el sistema nervioso, también la totalidad del organismo.

A medida que vamos acumulando años, se va dando un proceso natural de envejecimiento, que por supuesto afecta el cerebro y que se demuestra en las alteraciones que empiezan a observarse al momento de llevar a cabo una tarea que antes resultaba sencilla, al presentar dificultades para recordar o en la calidad con la que se elaboran los pensamientos.

Este es el motivo por el que paralelamente, la gente va experimentando transformaciones en sus tejidos, en sus signos vitales que se hacen más lentos y en las células de los diferentes órganos.

¿Cómo es un cerebro sano?

Por todo lo anterior, un cerebro sano será aquel que pueda llevar a cabo sus funciones de la mejor manera posible estando acordes a las condiciones y a la edad del individuo, pues pase lo que pase y a pesar de lo que se pueda hacer a su favor, los cambios son inevitables.

Mientras exista claridad mental, podremos decir que hay salud de por medio, pues esto lo que favorecerá que la persona pueda continuar entendiendo el mundo en el que se desenvuelve, concentrándose, recordando y, en definitiva, realizando todo lo que se plantea.

Debido a que la gente debe adaptarse según los desafíos que se le presentan, para poder emitir las respuestas requeridas, mientras el cerebro se mantenga saludable, esto ocurrirá sin inconvenientes pues estará presente algo que se conoce como neuroplasticidad y que, de hecho, es requisito para asumir que el órgano se encuentra en buenas condiciones.

Entrenar el cerebro

Puesto que es mucho lo que se dice sobre opciones para conseguir que el cerebro se mantenga activo y por consiguiente saludable, quizás te encuentres considerando comprar Herbalife online o cualquier gama de productos similares para potenciar las capacidades, pero de la misma manera, hay otros recursos que elevan las posibilidades de éxito:

• El entrenamiento cognitivo: se refiere a exigirle de manera constante al cerebro y esto se hace a partir de acciones tales como apuntarse en un curso de idiomas, de cocina y hasta viajando a destinos con culturas distintas. Aprovechar el tiempo libre para desarrollar desafíos matemáticos, leer, escribir y debatir con argumentos también es clave.
• Bienestar emocional: las emociones mal manejadas se reflejan a nivel físico y mental, por lo tanto, hay que apostarle al equilibrio y de ser el caso, buscar asesoría psicológica o espiritual hasta lograrlo.
• Plantearse propósitos: tener metas a corto, mediano y largo plazo no solo hace parte de un proyectivo de vida, también es esencial para la actividad cerebral pues fomentará aquello de trazar rutas, analizar y descartar, aprender de los errores y no quedarse en la comodidad de una rutina.
• Aprender a manejar el estrés: no es posible vivir sin estrés, pero lo que, si se puede, es apropiarse de técnicas para gestionarlo y llevarlo de la manera más positiva que esté al alcance. Puesto que el estrés excesivo acelera el envejecimiento, incluso el neuronal, un cerebro en forma es aquel que sabe sortear las dificultades desde la tranquilidad.

Otras pautas para conservar un cerebro saludable

Se ha demostrado, que hay muchos otros factores que recaen positiva o negativamente en el bienestar del cerebro, así que es muy buena idea tener conocimiento de ellos para implementarlos a las rutinas y asumirlos como propios del estilo de vida que se siga.

• Seguir una dieta saludable: la selección adecuada de alimentos, puede usarse a favor del cerebro ya que existen nutrientes que potencian su trabajo. El brócoli, el salmón, frutos secos como las nueces, las moras y los tomates son muy recomendados.
• Relacionarse con los demás: socializar es algo propio del ser humano y por eso mismo, es una fuente de experiencias que alimentan el bienestar.
• Dormir bien: la calidad del sueño es determinante, no por nada dicen que el sueño es el alimento del cerebro, y es que cuando se descansa las horas suficientes y bajo las condiciones ideales, es cuando este preciado órgano puede reparar el desgaste, eliminar toxinas y crear recuerdos.

Si el cerebro se mantiene activo es más fácil ser feliz

Entrenar el cerebro para la felicidad es algo de lo que se habla mucho, y no es que exista una receta mágica para ello, lo que pasa es que se puede modificar la manera de pensar y con ello la conducta, dando como resultado, el que la persona aprenda a tomar el control y a asumir con más inteligencia sus emociones, por ilógico que suene.

Un punto determinante para que esto ocurra, se encuentra en un término que se ha puesto de moda en la psicología: resiliencia, es decir, la capacidad de sobreponerse ante la adversidad, encontrarle un significado al dolor y hacerse más fuerte gracias a él.

Por otra parte, se convierte en requisito, apropiarse del buen humor, apegarse a el incluso cuando se está pasando por un mal momento, pues cuando se toman las cosas desde la alegría y la jocosidad, es cuando todo empieza a fluir y no se permite el desequilibrio en el estado de ánimo.

Ciertamente, es mucho lo que se puede hacer a favor del cerebro, solo es tomar la decisión y asumir que somos los únicos encargados y responsables de sentirnos bien, para ello, hay que empezar de adentro hacia afuera, de lo contrario, los cambios serán efímeros y esto es justamente lo que no va a funcionar.